Lía no había dormido bien, la idea del atraso de su período hacía días la rondaba como un gran peso sobre sus hombros y un ahogo en la garganta. No había querido hacerse el test , con la secreta esperanza que al otro día todo cambiaría, sin embargo, había una voz muy segura en su interior, que le decía que nada cambiaría, que ni siquiera necesitaba hacerse el test, para tener la seguridad de que estaba embarazada.
La relación con Javier pasaba por su peor momento, no hacía mucho habían tenido una fuerte discusión en que él le había dejado muy en claro que no quería compromisos, que si aceptaba la relación así fantástico, si no todo se terminaba.
Ella nunca estuvo de acuerdo con el aborto, hasta había participado en marchas con pancartas “anti aborto”. Y ahora ¿qué haría?.
Tomó la decisión en ése momento, hoy sin falta se haría el test y si salía positivo, se lo diría a Javier, sería una buena forma de terminar con una relación, que venía hacía tiempo a tropezones.. Ella con sus 32 años, le amaba como jamás amó en su vida y muchas veces había dejado de lado su orgullo y hasta su dignidad rogándole que no la dejara.
Hoy no iría a trabajar, era un día especial para ella, llamó al bufete de abogados, al que pertenecía y del cuál era uno de sus más brillantes miembros y argumentó una excusa trivial, una repentina jaqueca, acto seguido se dirigió a la farmacia más cercana a comprar el test, sentía que el corazón le palpitaba con una fuerza inusitada y su mente volaba a mil por hora, de pronto se dio cuenta que lo que más le angustiaba , era tener que darle la noticia a Javier, hasta se le cruzó por la mente la idea de no decirle nada, pero la desechó en seguida, él era el padre y tenía derecho a saberlo, allá él lo que quisiera hacer, ella tendría a su hijo de todas maneras, ya estaba decidido, incluso una vez que tomó la determinación, hasta le ilusionaba la idea de ser madre.
Una vez en su apartamento y confirmadas sus sospechas, sintió una extraña emoción que la embargaba y se dio cuenta que estaba sonriendo.
Telefoneó a Javier al móvil y le dijo que tenía algo muy importante que comunicarle y pese a las múltiples preguntas de él, se negó a adelantarle nada.
.Quedaron en verse a las 9 en su apartamento, cenarían juntos. Llamó al restaurante, que pedía siempre paella, el plato favorito de Javier, en éste momento no tenía ganas de cocinar, estaba demasiado ansiosa.
Cuando tenía todo listo, recordó que el coñac que tanto le gustaba a Javier, se había acabado y él necesitaría un buen trago luego de la impactante noticia, pensó en llamar y pedirlo, pero no, ya una vez le habían enviado uno de otra marca y fue todo un disgusto, iría ella misma al minimarket, que no quedaba a más de una cuadra, total recién eran las 8, faltaba una hora y el caminar le haría bien para aplacar los nervios.
Cuando volvía a su apartamento, vio un tumulto frente a su edificio y sirenas sin saber identificar si eran de policía o ambulancia.
Una vez que logró acercarse, vio la escena que le hizo soltar la botella de sus manos y romperse en mil pedazos. La moto de Javier estaba absolutamente destruida y Javier yacía en el suelo, inerte, sin vida, un hilillo de sangre corría de su frente hasta la mejilla.
Sintió un dolor lacerante e instintivamente se llevó las manos al vientre y una extraña calma se apoderó de ella, Javier no había logrado dejarla por completo, una parte muy importante de él, latía dentro de ella y ya no tendría que decírselo, jamás lo sabría…
Scarlet2807